Para caer bien a la gente, lo más importante es ser falso. Nunca debes
decirle a nadie lo mal que te cae en realidad, porque con eso conseguirías una
enemistad para toda la eternidad, ni hablarle de las cosas que te importan,
porque le aburrirías. Y, por encima de todo, no les hables de tus intimidades,
ni de lo que haces en el lavabo, si no quieres traumatizarlos y perderles para
siempre.
En cambio, hay algunas cosas estúpidas sobre las que se puede hablar con
tranquilidad: los cotilleos, por ejemplo, son un buen modo de hacer amigos
imbéciles y sin sustancia. Justo lo que, por lo que parece, necesita cualquier
adolescente.
No les demuestres que eres inteligente. Eso no les interesa. No les
caerás bien, así.
Adelante, ahora. Actúa como si fueras uno más. Al fin y al cabo, siempre
fuiste un buen actor.
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